El estallido de la pandemia de COVID-19 impuso a muchas empresas la necesidad de adaptar sus modelos de negocio y de trabajo a un nuevo escenario en el que cobraron protagonismo los canales digitales. Esto condujo al crecimiento del e-commerce y el teletrabajo, el almacenamiento de datos en nuevas plataformas como la nube y el mayor uso de aplicaciones móviles.
El impacto fue muy diferente para cada rubro y tamaño de empresa afectando con más fuerza a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) que debieron enfocarse en la solución de los problemas presentes y a los posibles cambios futuros. ¿De qué forma se produjo la adopción de la digitalización en estas empresas y por qué es una estrategia clave para su supervivencia en el contexto actual?
En Argentina, el 88% de las PYMEs afirmó que por la pandemia se vieron obligadas a digitalizar su negocio y el 74% piensa continuar adquiriendo e implementando nuevas tecnologías después de la crisis. |
Las PYMEs comprenden la gran mayoría del tejido empresarial de los países, aunque son las empresas menos productivas de la economía. Las de mayor tamaño suelen verse más favorecidas en numerosos aspectos como la inversión en capital de tecnologías y procesos de I+D y a la hora de contratar capital humano especializado.
Durante el estallido de la pandemia las PYMEs realizaron enormes esfuerzos para adaptarse con mayor velocidad a cambios que ya estaban en marcha pero se encontraban postergados o implementando de forma más paulatina. Los principales objetivos de las empresas medianas se orientaron a optimizar las operaciones mientras que las microempresas se enfocaron en buscar nuevas formas de interactuar con sus clientes.
Las necesidades de avanzar en la digitalización y el reconocimiento de sus beneficios permanecieron luego de que sortearon los momentos más difíciles a tal punto que un 54% de las PYMEs considera que el teletrabajo aumenta la calidad de vida de los empleados y un 52% capacita a sus empleados respecto a las nuevas tecnologías. También se encuentran focalizadas en las inversiones en tecnología, el reentrenamiento de los recursos humanos y en mejorar la gestión de datos y de la información para la toma de decisiones.
Durante la pandemia, el 59% de las PYMEs implementó el trabajo remoto, el 36% se volcó a las ventas online y el 28% generó espacios virtuales para el encuentro de distintos sectores (28%). |
La transformación digital implica redefinir las estrategias comerciales, operativas y técnicas mediante la adopción de la tecnología digital de vanguardia para impulsar el negocio a través de planes y cambios organizacionales.
En 2020, el 34% de los líderes de PYMEs, en la Unión Europea respondió que su empresa ha adoptado o planea adoptar tecnologías digitales básicas, pero no tecnologías digitales avanzadas. Y el 24% dijo que es necesario introducir tecnologías digitales avanzadas y que su empresa ya ha comenzado a adoptarlas. |
En suma, tomar el sendero de la digitalización no es una opción sino una necesidad imperiosa para las pequeñas y medianas empresas. La adopción de nuevos métodos de trabajo y la optimización de los procesos administrativos y operativos resultan claves para fortalecerse en un entorno cambiante y mejorar la oferta de productos y servicios.
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