El comercio electrónico goza de una salud tan buena que el futuro lleva su nombre tanto en el mundo de Internet como en el de las compras. Se ha convertido en una forma de vida con todas las letras, ya que ocupa todo el espectro de la red, desde los propios ecommerce hasta las redes sociales, pasando por las webs de siempre o las aplicaciones que nada tienen que ver con el universo del comercio. Y teniendo en cuenta esta perspectiva, lo lógico es que casi todas las innovaciones del mundo digital sigan su estela.
El mundo físico también sigue adelante copiando muchas de las técnicas de los ecommerce, y subiéndose al tren del progreso para no quedarse atrás. Juntos crean un todo que permite una retroalimentación constante, un aprendizaje continuo, como es el caso de las tiendas phigitales. Pero donde verdaderamente han mostrado sus buenas aptitudes es en el ámbito de los pagos digitales y en la integración de los métodos de pago, utilizando la experiencia de ambos sistemas y abriendo un futuro prometedor.
Los principales engranajes que moverán los pagos del futuro son las transferencias 3.0; una forma novedosa y rápida que permite realizar nuestras transacciones en los diferentes comercios del mundo y a través de Internet o del mundo offline.
Las transferencias dentro del universo bancario se entienden como el envío de dinero desde la cuenta de un cliente o un particular a la de un beneficiario, sea este otro particular, un comercio o una empresa. Esta explicación está a la orden del día, pues llevamos muchos años utilizando esta operación bancaria tan habitual. Pero con la llegada de Internet, las cosas cambian y las transferencias adquieren una dimensión mucho más cómoda.
El mundo de la red se encuentra en un frenesí imparable, por eso hemos llegado hasta la era 3.0 de la web. Esta nueva etapa de Internet también se conoce como web semántica, y se caracteriza por una interacción mucho más sencilla y rápida con la red, incluyendo en esta compleja ecuación la inteligencia artificial. En este contexto, el acceso a la información por parte del usuario está a otro nivel.
Con este grado de sofisticación del mundo online, las transferencias 3.0 se conciben como la apertura del mundo digital, hasta el punto de universalizar todo el sistema al máximo. Con esta apertura se favorece la inclusión financiera en cada uno de los países que cuentan con este servicio, una posibilidad más para no dejar a nadie atrás.
Se realiza a través de un código QR estandarizado, potenciando todavía más este sistema que empieza a ser una referencia, sobre todo desde la explosión de la pandemia del COVID.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha sido uno de los primeros en implantar este sistema. Para que las empresas pudieran incorporar este servicio, pidió que aquellas que contaran con billeteras virtuales como parte de su sistema de pagos tuvieran las credenciales completamente integradas. Hablamos de un sistema mucho más conectado, otra vía en el camino hacia la omnicanalidad, motivando la interoperabilidad. De esta forma, el código QR se conecta con formas de pago como las billeteras virtuales o las aplicaciones de cada banco, mucho más sencillo al operar a través de soluciones como Napse VTOL.
Todo lo que sucede en el ámbito de la tecnología y, como consecuencia, en el de la web, tiene un doble beneficio que se reparte entre empresas y consumidores. Mientras los negocios consiguen ventas y fidelizar a sus clientes, los usuarios no solo adquieren productos y servicios de calidad, sino que ganan en efectividad, comodidad y calidad a través de estos sistemas punteros.
El futuro inmediato se inscribe en la web 3.0, mucho más estandarizada y abierta al usuario de Internet y de los comercios. Gracias a sistemas como Napse VTOL, la posibilidad de incorporar múltiples formas de pago es posible, y con la llegada de las transferencias 3.0, con mayor motivo. Un sistema conectado con todo tipo de canales es un seguro para seguir expandiendo cada negocio.