Todo lo que debes saber para implementar tu estrategia omnicanalidad.
Aunque ser disruptivo siempre ha sido señal de identidad para las marcas desde hace décadas, el siglo XXI, sobre todo en los últimos años, se ha especializado en convertir esa disrupción en normalidad. Multitud de marcas surgen todas las semanas, abordándonos desde diferentes puntos a través de las técnicas de marketing.
Desde la creación de Internet, los canales de captación se han multiplicado; sin embargo, en los últimos años, a causa de la sofisticación de la red, la revolución ha sido aún mayor y ha afectado tanto a los sistemas para llegar al gran público como a las vías para que los consumidores lleguen hasta las marcas. Así, el mundo del retail no solo sobrevive, sino que adquiere protagonismo, apalancado por las bondades del ecommerce, que se filtra por cualquier hueco y que afecta a todos los niveles de una marca. Porque si bien se está limando cada vez más la nueva imagen de las empresas en webs y redes, generando, a su vez, multitud de compras, estas permiten, además, mover a los usuarios hasta sus establecimientos físicos.
En el caso de las redes sociales, se saca brillo a la marca generando fidelización y promocionando productos, y, más allá, se coloca el cebo en sus grandes establecimientos, que trabajan cada vez más la imagen con instalaciones novedosas y excelentes servicios. Y es que el comercio minorista sigue en alza en los locales gracias a sus nuevas filosofías conceptuales y estéticas. De esta forma, bajo la gran marca, se explota una omnicanalidad que trabaja en conjunto, y que permite el acceso a sus productos desde cualquier parte a través de cualquier vía. Y para conseguirlo hay que establecer una estrategia de omnicanalidad.
Gestión global
La base de esta estrategia es buscar una solución que funcione como una sala de mandos, con una vista 360º de toda la empresa en materia de gestión y comunicación con los consumidores. Al mismo tiempo, ampliar la mirada y proyectarla hacia las entrañas de la empresa para conocer toda la información que interesa a los clientes y poder continuar con esa comunicación. Y todo ello desde cualquier lugar y desde el punto de vista del consumidor o del negocio. En este sentido, Napse OMNI es un ejemplo claro, una muestra de que los tiempos están cambiando en un afán más integrador y sencillo a la hora de manejar un negocio.
Y no solo ocurre en el comercio electrónico: incluso dentro de cada tienda, esta filosofía integradora debe estar presente para que todos los establecimientos desarrollen su actividad bajo el mismo paraguas de gestión. De esta manera, los vendedores pueden comprobar todo el flujo de entregas desde cada establecimiento. En el caso de Napse OMNI, su sistema abarca también el retail en espacio físico, todavía realmente importante y una pieza más en el servicio de envío. El objetivo es que cada una de estas tiendas se convierta en un minicentro de distribución que funcione con mayor control, fluidez y rendimiento. De nuevo, se pone en valor el carácter unificador de soluciones como Napse OMNI.
Agilidad, rapidez y unidad
La estrategia de omnicanalidad debe manejar costos y plazos de entrega, independientemente de su complejidad; la disponibilidad de productos, vital para satisfacer al cliente tanto si hay existencias como si no, pero fluyendo con rapidez en la comunicación; pagos de manera integrada, clave para operar de manera conjunta y a través de cualquier vía; y la simplicidad en los procesos de cambio y devolución, una de las grandes demandas de los consumidores y que no siempre ven satisfechas por odiseas de gestión. En el caso de Napse OMNI, hablamos de agilidad, rapidez y unidad, tres palabras que son esenciales a la hora de gestionar las necesidades del consumidor.
En este ámbito, el carácter de unidad es uno de los más valiosos. Además de generar comunidad dentro y fuera de la empresa, permite una mayor optimización de los servicios al trabajar conjuntamente. Y no importa la vía o el espacio: ya sea desde la venta a través de la tienda física o mediante el envío desde el Centro de Distribución (por mencionar dos de estos sistemas), la acción tiene lugar de manera conjunta y con las mismas ventajas. Y así debe ser para generar solidez y trabajar hacia una misma dirección.
Además, estas soluciones deben ir más allá, es decir, presentarse como un módulo de compensación financiera que permita la división de pagos entre franquicia y franquiciado, recalcando su apuesta facilitadora y eliminando trabas en estas gestiones. Por lo general, esta clase de operaciones suelen desentrañar mayor complejidad en las empresas tradicionales que asumen los cambios con cierta lentitud y que no se plantean soluciones como Napse OMNI hasta que es demasiado tarde.
Escalabilidad
A la hora de operar, el sistema debe ocupar el centro de todo el entramado. De esta manera, cumplirá la misión de conectar todos los sistemas del negocio (autorizadora de crédito, ecommerce, planificación de recursos, la plataforma de e-mail marketing, etc.), como un gran cerebro que actúa de manera autónoma y que conoce a la perfección todos sus sistemas, sin interferencias de ningún tipo. A diferencia de otras soluciones de la misma clase, Napse OMNI aprovecha sus características multicanal para actuar de manera limpia y rápida, evitando desajustes, colapsos o enfrentamientos entre canales. Y esa debería ser una de las máximas. Así, en medio de ese gran proceso unificador, todos los sistemas comparten el stock, el envío y el pedido gestionados, permitiendo no solo la fluidez que buscan los consumidores hoy en día, sino también la escalabilidad del negocio.
Para concluir la experiencia de omnicanalidad, es interesante que el sistema cuente con un potente algoritmo de cotización de fletes para asegurar el servicio perfecto en todos los ámbitos, desde el propio negocio hasta los clientes. Dentro de Napse OMNI, su sistema hace acopio de diferentes criterios: ubicación del cliente o de entrega, modalidades de entrega, ubicación de las tiendas, plazo de entrega, valor de la entrega, nivel de inventario de las tiendas, puntuación de la tienda y transportes disponibles. La correcta coordinación de la mercancía es uno de los puntos más importantes, pues de esta depende todo el negocio.
La omnicanalidad es el presente y el futuro de toda empresa que busca una mejor comunicación con sus clientes en ámbitos de gestión y una mayor fluidez en sus pedidos. Cada vez surgen más vías de acceso hacia los diversos servicios de cada negocio, y es de vital importancia adaptarse a esos cambios para aunar todos los procesos, asegurar los clientes y mejorar la comunicación con ellos.
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